viernes, 10 de marzo de 2017

La CGT como herramienta del Pueblo Trabajador

-Por Fabián Curotto-

Una central obrera bien entendida -llámese CGT o CTA- es una herramienta organizativa fundamental para los trabajadores. Ahora bién, como toda herramienta está diseñada para utilizarla, sobre todo en caso de emergencia (social). Pero aún antes, pues es la herramienta organizativa en la que confluyen las necesidades de los representados, sean esas necesidades de orden salarial, referidas a derechos laborales o reivindicativas de algún otro aspecto relacionado al tema.

Como peronista siempre festejaré la búsqueda de unidad en esas centrales, pues la dispersión, la atomización, siempre termina beneficiando a quienes nos quieren débiles. Pero no todas las unidades de cúpula dan lo mismo, y esto terminó de verse el pasado 7 de marzo en Diagonal Sur.
Fue una movilización admirable. Alrededor de 500 mil trabajadores marchando, enfrentando a una CEOcracia apátrida y económicamente criminal. Si, ya sé; la CEOcracia nos ganó en las urnas, pero sinceramente preferíamos una Democracia, por lo menos.

Cientos de miles de trabajadores convocados por un triunviro dirigencial (hasta suena raro) que se venía viendo demasiado dócil ante el ajuste macrista. Pero no importa, somos trabajadores, muchos de nosotros sindicalizados, y nos iban a decir la fecha del impostergable Paro General, y hasta quizá nos comentaban que se les ocurría sobre una profundización del Plan de Lucha, algo también impostergable, ante un gobierno que ni siquiera respeta las Leyes Nacionales de Paritarias.

Que ese triunviro massista no fuese del pleno agrado para muchísimos de nosotros, sinceramente no importaba. En Unidad los trabajadores conoceríamos la fecha en que le podríamos un freno al experimento oligarca que viene despidiendo trabajadores, cerrando fábricas e impulsando leyes en contra nuestro. Pero no.

El escenario ofreció tres títeres contándonos la realidad desde un atril, como si el pueblo necesitase que tres jetones le cuenten lo que se viene padeciendo. Hasta para salvarlos (y salvarnos) del bochorno se les pidió desde las bases a los oradores algo puntual: la fecha de ese paro. Pero nada.

Entonces pasó lo que ya se conoce. El grito masivo de "poné la fecha, la put# que te parió", la cobardía de los integrantes de ese triunvirato que -en lugar de tomar las riendas de su responsabilidad ante nosotros, en forma de clara respuesta- huyen como niños asustados, o cómo niñitos enojados, para que no se ofenda nadie. No estuvieron a la altura de las circunstancias. La vara está alta, pues grandes son las necesidades y también la conciencia histórica del mal momento que atraviesa nuestra Patria.

Luego del papelón, algunos de los que lo generaron con su tibieza, respondieron con el agravio. Dicen que quienes les exigíamos respuesta y quienes terminamos tomando el palco, éramos simples "enegúmenos". O sea, subimos al escenario porque no teníamos nada mejor que hacer, según estos ignorantes políticos. Me corrijo: no son ignorantes políticos. Son sindicalistas conducidos por el Poder Real, que ese día los dejaba avanzar hasta el punto de "mostrar músculo", pero no los dejaba llegar al atrevimiento de dar una respuesta concreta sobre lo que pedíamos colectivamente. 

Cuando uno escribe a veces cae en apartados que hubiese preferido evitar. La toma del palco no fue mérito de ningún individuo, fue la decisión y acción espontánea de muchos compañeros. Algunos anti kirchneristas de hoy, muchos de los cuales hasta hace poco llevaban remeras con la cara de Cristina, se dedicaron durante las últimas horas a bajarle el precio a cada compañero que puso el cuerpo sobre el palco. El cuerpo y la cara, porque nadie se escondió por temer represalias. Que Pablo Moyano nos trate de imitadores de Rambo para descalificarnos, es entendible. Pero que algunos que hasta hace un año y pico tomaban mate con nosotros estén enfocados en "bajarnos el precio", es muy triste. Encima, estoy seguro, en algún momento deberemos volver a confluir en algún espacio. Y uno se pregunta si nos les dará vergúenza descalificarnos para sostenerle la silla a Daer, a Acuña, o para darle oxígeno a algún otro de los que estaban sentados detrás de ellos, como Piumato, entre otros. La foto que les molesta existe, y en ella se ve a muchos trabajadores y militantes de base ocupando un palco que "la dirigencia" no supo sostener. Un grupo de voluntades, un grupo de manifestantes, que individualmente "no llenan ni un remís", como dicen ellos a la hora de descalificar. Manifestantes que ahí arriba se hermanaron por una consigna clara. En el calor del momento empezamos a reconocer rostros queridos en el entorno. Nos dimos un abrazo con un compañerazo de Vicente López, me reencontré también circunstancialmente con un compañero con quien hemos compartido mas de una pizza, luego con otro de mi barrio, y así. No somos "llaneros solitarios", somos parte de un gran colectivo social que está conectado hasta espiritualmente, y que está en el camino desde hace muchos años. En determinados casos, por un tema de edad, algunos militamos desde antes que existan algunas de las organizaciones políticas actuales. Por ejemplo, recuerdo que en 1987 -con una bandera pintada en mi casa- salía también a bancar la campaña de Cafiero Gobernador. Es un dato, para que lo tengan en cuenta cuando nos quieran "bajar el precio".

En cuanto a "la violencia" (tapa de Clarín, cuando no) hay que decir que no hubo mas que algunos empujones y solo en determinado momento. Nada fuera de lo que pasa cuando un debate toma cierta temperatura y hay algún enojo. Nada mas, que se entienda, nada mas. Y esto que remarco también es verificable (porque algunos lo querían vender ridículamente casi como una "masacre", con la única finalidad de asustar mediáticamente a aquellos que votan todavía peor cuando están asustados). Llegué a leer "volvieron los 70s" y ridículas exageraciones por el estilo. Claro que siempre provenientes de personas que no están siquiera sindicalizadas y que suelen entrar en pánico cuando salen fuera del termo en el que viven. 

Volviendo al triunviro. Debieron salir a jugar los titulares para intentar calmar las aguas. Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Antonio Caló tuvieron que reaparecer ayer en una cumbre secreta de la cúpula de la CGT para calmar la interna y mantener a la tropa alineada tras lo ocurrido este martes. Si, Luis Barrionuevo, el socio político de Mauricio Macri. El mismo que alguna vez pidió que se deje de robar "por dos años" y ahora tiene una causa en la Justicia por un monto millonario en facturas truchas de 2014 y 2015 (dos años). Si, el mismo Barrionuevo que almuerza con Macri y tiene a su esposa, Graciela Camaño, al servicio de Sergio "rueda de auxilio" Massa. Barrionuevo vendría a ser uno de los que "va a ordenar" la cosa en la actual CGT. Un huevo en cada canasta politicamente, y muchos negocios propios. Quizá todavía tenga la cara tan dura para animarse a cantar aquello de "por esa Argentina grande, con que San Martín soñó"... Cuando veo quienes son los que no quieren para nada a Cristina, mas me convenzo de dónde debo estar.

Los "energúmenos" del palco no fuimos Rambo. Fuimos simplemente la visibilización de algo mucho mas profundo e importante que nosotros mismos, algo que muchos se negaban a ver. La CGT seguía haciendo la plancha, seguía escuchando mas los condicionamientos de Triaca que las demandas de miles de laburantes... y no soslayemos la presión macrista con la caja de los sindicatos (estos muchachos son muy sensibles cuando se discuten algunas cosas).

Quien quiera defender a esta CGT moribunda en los hechos y éticamente muerta, que lo haga. Que los movimientos sociales representativos de la economía popular mantengan una silla dentro de la CGT, me parece excelente. Pero urge un salto cualitativo en cuanto a representatividad. A algunos nos parece superadora la línea que propone actualmente la Corriente Federal de los Trabajadores. Macri preferirá que "lo nuevo" sea el Momo Venegas, asesorado por Luis Barrionuevo. Hay opciones.

Muchos trabajadores sindicalizados creemos que una CGT unificada bajo el comando de un sólo Secretario General fuerte y comprometido con el conjunto de los laburantes (no solamente con dos o tres sectores) sería lo mejor.

Agrego que al finalizar la jornada del martes 7 el sector del macrismo que haya sabido leer políticamente la situación no tenía nada para festejar. El mejor panorama para el gobierno oligarca hubiese sido, que a pesar de la multitudinaria movilización popular, se hubiese realizado una catársis colectiva y nada más. Pero acá se avanzó mas: se dejó en claro que los trabajadores no necesitamos placebos ni simbolismos a esta altura, necesitamos acciones concretas. El país se le terminó poniendo mas incómodo a Macri ese día, ya no podrá planchar nuestros derechos llamando a dos o tres gordos.

Cuando gritábamos "Poné la fecha...", cuando cantabamos "unidad de los trabajadores" unos poquitos quisieron entonar el "que se vayan todos". Los desalentamos; concientemente desalentamos ese estribillo. Porque necesitamos representividad y respuestas precisas, no vacío institucional. Al menos desde el peronismo -y algunos desde otras identidades populares- lo entendemos así. La Comunidad Organizada sin dudas necesita de un movimiento obrero organizado.



martes, 7 de marzo de 2017

Por qué tomamos el palco esta tarde

-Por Fabián Curotto-

Recién me bajo del tren, estoy con la misma remera que llevaba puesta en la movilización, con los rostros de Perón y Evita. Ya escuché en la radio que uno de los integrantes del triunvirato de la CGT me llamó energúmeno, o nos llamó energúmenos. Nos llamó así un tipo conducido por alguien que le votó todas las leyes antipopulares y apátridas al macrismo, así que agradezco profundamente el título que se me asignó en este caso el tibio en cuestión.
Pero no es contra un dirigente de la CGT. Es contra Macri. No hace mucho escribí una nota respecto a que no hay que caer en el facilismo -funcional a la derecha- de criticar a los dirigentes de la Confederación General del Trabajo con argumentos burgueses. Pero claro que hay que exigirles que estén a la altura de las circunstancias.

Por qué tomamos el palco es la pregunta que me animo a contestar. La CGT ahora dice que hoy (junto a la otra central obrera, a la que no le brindó un lugar importante) convocó a los trabajadores, para mostrarle a Macri la fuerza que tenemos los trabajadores unidos. El macrismo ya sabe de esa fuerza, sin necesidad de montar un acto en un palco. El triunvirato decía que hoy "no era el día indicado" para ponerle fecha al paro general que las bases piden a los gritos desde hace meses. Decía esta CGT que le daban la chance a Macri de "rectificar el rumbo ajustador de gobierno" luego de esta movilización. Muchachos, esa etapa ya pasó, y ya hace muchos meses. Quien haya escuchado a Macri hace unos días en el Congreso, y aún después, se da cuenta que no está dudando si seguir su agenda personal y de clase, o si redistribuir riqueza y ampliar derechos.

Hoy fuimos a buscar definiciones, en forma de fecha y de acción concreta; si no lo leyeron antes de empezar el acto tendrían que haber escuchado a los cientos de miles que les exigíamos en vivo y en directo, frente a sus caras, un "Paro General".

Mientras los oradores -que no son el enemigo- dibujaban el bosquejo sobre cómo arrancar... nosotros abajo estábamos rodeados de compañeros que perdieron el trabajo hace un año, y otros tantos que ya no llegan a fin de mes.

Perón dijo a principio de los 70 "“Los muchachos se ponen distintos nombres: los hay ortodoxos, los hay heterodoxos, los hay retardatarioslos hay apresurados, los hay contemplativos. Pero son todos buenos muchachos, son todos peronistas”.
Pues bien, no tengo el peronómetro abajo del brazo, pero al triunvirato se lo viene viendo entre retardatario y contemplativo. Llámennos apresurados si quieren, paro no adherimos a la indolencia ni a la contemplación pasiva.

No rompimos nada, tal vez les dañamos el ego a esos dirigentes. Sepan disculpar las molestias ocasionadas, pero a nuestros compañeros el experimento macrista los está haciendo puré, al igual que a buena parte de la pequeña y mediana industria nacional.

Desde hace tiempo que un Paro General es impostergable. ¿Que la foto que le regalamos hoy a los medios dominantes será usada para asustar a algunos burgueses? Miren, primero que esos burgueses no están haciendo nada en favor de quienes veo perder el laburo, mas bien al contrario. A veces dicen que mis compañeros, esos que hoy la pasan mal, "eran vagos" y que se merecen estar en la calle con sus familias. Y segundo, nos quedó muy claro por qué y para qué tomamos el palco. Porque ya dijimos BASTA hace rato, y algunos dirigentes se nos seguían haciendo los sordos justo frente a nuestras narices. 

La CGT "protestaba", mostraba un poco de músculo, pero no definía fecha para pararle el país al plan de ajuste y hambre. Si es por protestar... protesto yo cada mañana: acá necesitábamos mucho más que la protesta, se necesitaban DEFINICIONES CONCRETAS. 

Abajo se cantaba "unidad de los trabajadores", se puteaba al gerente ajustador y turbio Macri, y se les pedían medidas puntuales a los oradores, Hasta que nos dimos cuenta del todo que esos dirigentes que subieron al palco no estaban preparados para dar ninguna respuesta clara. Recién entonces es que subimos, haciéndonos eco de lo que la multitud gritaba, ni mas ni menos.

La cúpula de la CGT se fue abucheada cuando nos mostró que ni siquiera entendía de qué se trataba. Tan grande el acto... y les quedaba grande. 
No somos "los violentos de siempre", somos los que aprendimos que la Patria que nos merecemos se logra luchando "con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes". Lamentamos si le herimos la autoestima a algún jetón, pero lo que se vive en las fábricas y en los barrios no se soluciona con "táctica burocrática" a esta altura del partido. Escuchen al pueblo en las calles, o elijan encerrarse en un análisis de ombligo dentro de un estudio de TV, pero después no pregunten "qué cuerno pasó".

Somos todos compañeros, pero a los que avanzan en tortuga cuadriplégica les pedimos que se hagan a un lado. Disculpen las molestias.







Ya se los veníamos diciendo...



domingo, 5 de marzo de 2017

La Pesada Herencia: Sobre que espaldas apoyar tal cosa

-Por Fabián Curotto-



Recién escuchaba a un opinador en un programa gorila justificando el daño macrista con un "no se puede salir de dónde estábamos sin SACRIFICIO". Y si esto lo escuchara un marciano se preguntaría donde era que estábamos. ¿Venimos acaso de una invasión y su consecuente guerra?.
A las memorias frágiles les recuerdo en qué condiciones se votó en 2015. Sin guerra en el entorno, muchos nos levantamos, la gran mayoría del pueblo desayunó, y fue a votar con algo en el estómago. O luego de almorzar. Y algunos pensarán -y lo bien que harán- en quienes estaban desocupados a esa fecha, que eran muchísimos menos que en este 2017. Pero los que votaron al gobierno oligárquico no lo hicieron para redimir a ese 6% de desocupados del 2015. Lo hicieron, me consta, por razones mucho menos elevadas, por cuestiones hasta espiritualmente muy chiquitas.

Ya hemos dicho que nadie informado votó a Macri "para combatir la corrupción". Macri es sinónimo de corrupción en la Argentina. antes y ahora. Votaron contra la limitación a la compra de dólares quienes no necesitaban comprar dólares. Votaron contra la redistribución de la riqueza hasta quienes recibían parte de esa redistribución vía subsidios en los servicios públicos que utilizaban . Hasta algunos que empezaron a ser beneficiados con esa redistribución (justicia social) mas directamente se pegaron "un tiro en el pié", votando la PROpuesta oligárquica. Es decir, muchos votaron intereses no propios a su clase, no propios a su grupo social de pertenencia.

La oligarquía, dueña del bombardeo mediático -y de los diccionarios, diría Cooke- ganó en las urnas por muy poco... pero ganó. Y con votos que no le eran propios. Ahí está el terreno a recuperar, nuestra importante tarea política. Claro que la Patria estaba en juego, al igual que los derechos populares. Siempre los privilegios de las minorías disputan hegemonía contra los derechos de las mayorías.

El experimento macrista está agotado: nada bueno tiene para darle al país. Ni siquiera a algunos sectores no populares. Su límite fue alcanzado al favorecer a un grupo acotado. Evidentemente el macrismo fue un experimento a tientas que encontró su límite al alcanzar su objetivo "programático": beneficiar a quienes venía a beneficiar.

En el mientras tanto generó desocupación, hizo crecer la pobreza, concentró la riqueza en menos manos que antes, endeudó al país externamente, en dólares y fuertemente. Apostó al acotado sector agro exportador que genera pocas fuentes de trabajo (semillitas) en detrimento de una posibilidad industrializadora (valor agregado) y generadora de más empleos. El mercado interno sufrió las consecuencias del camino elegido. Y hay muchos daños mas, algunos también lesivos de la Soberanía Nacional y la Independencia Económica.

¿Es nueva esta discusión? Ya en el Siglo XIX (diecinueve) Carlos Pellegrini empezaba a plantear que "La protección del gobierno es necesaria para el desarrollo industrial de la República Argentina", y agregaba "si el libre cambio desarrolla la industria que ha adquirido cierto vigor y le permite alcanzar todo el esplendor posible, el libre cambio mata la industria naciente. La agricultura y la ganadería son dos grandes industrias fundamentales; pero ninguna nación de la tierra ha alcanzado la cumbre de su desarrollo económico con solo estas industrias. Las industrias que las han llevado al máximun de poder son las industrias fabriles, y la industria fabril es la primera en mérito y la última que se alcanza, porque ella es la más alta expresión del progreso industrial". Exactamente, el tema de valor agregado opuesto a la sola venta de semillitas no elaboradas no es nuevo.

Pero Macri y sus cómplices eligieron cambiar el rumbo, y esa elección tuvo y tendrá consecuencias. Cuando un gobierno atento a los intereses de las mayorías populares vuelva a la Casa Rosada, ahí nos encontraremos sin duda con la pesada herencia de la Alianza Gorila PRO/Cambiemos.

Y habrá que "hacer sacrificios" para salir de esa nefasta herencia. Ahora bien ¿sobre qué espaldas debe apoyarse ese SACRIFICIO?. Si el gobierno es realmente popular y nacional no podrá ser sobre las castigadas espaldas del pueblo y contra los intereses nacionales. Pensemos en esa oligarquía que nos desprecia y que ideológicamente nutre las filas del enemigo. Dentro de ella existe el aliento a los monopolios y los oligopolios, el estímulo a la extranjerización de nuestra tierra y sus productos.
Nuevamente Pellegrini, en 1890: "Me dirán ¿qué hay que hacer entonces? Pero, lo que hace el agricultor que pierde su cosecha: aguantar; se aprieta la barriga y economiza todo lo que puede, mientras vuelve a sembrar. Proteger la industria por todos los medios; ¡y dejarse de Bolsa y Tesoros y bimetalismo y música celestial!.

Pero salgamos de las frases de Pellegrini, pues tenemos mas cerca a Yrigoyen, y aún más cerca a Perón y a Kirchner, realidades efectivas. Los ajustados deberán ser los lobos (el hombre lobo del hombre), y no las históricas víctimas de esos lobos, como pretenden los opresores y las mascotas de estos.
No será venganza: será justicia. Una Constitución no liberal y patriótica será indispensable para consolidar el rumbo que nos merecemos los argentinos. Entender que somos parte de la Patria Grande, y no una Europa exiliada será importante. Y la "batalla cultural", para que nunca más algunas víctimas sea tan propensas a votar en favor de sus victimarios, por la promesa televisiva de improbables caramelos o de algunos espejitos de colores.