martes, 25 de agosto de 2015

Fraude y Corrupción

-Por Fabián Curotto-

Leo las palabras que elegí para el título de esta nota y una parte mía se pregunta si me estaré sumergiendo, de algún modo, en la necesidad de escribir unas cuantas miles de páginas. Pues sepamos que no, pues han sido tan gastados por su constante utilización tales términos que han menguado su peso, volviéndose al mismo tiempo casi insípidos. Claro que no es festejable que tal cosa haya ocurrido, pero animadores que juegan irresponsablemente al periodismo -mientras no son otra cosa que mulos del multimedio que los contrata- han depreciado el valor de muchas palabras. Toda palabra se termina devaluando cuando se la utiliza como mercancía o como mero artificio en lugar de como una herramienta a ser cuidada para comunicar eficazmente una idea o una verdad cada vez que haga falta.
Hecha esta introducción voy a un caso testigo, que es un informe de un programa con intereses políticos -y hasta partidarios- muy evidentes y concretos. Es, en cierta forma, una mancha mas en el gato feo, y me refiero a un informe en el que se intentaba equiparar a Mar de Plata con Ciudad Juárez, que -vaya casualidad- queda en la provincia que sus dueños le mandaron a desprestigiar ahora: Buenos Aires. Terminó esa emisión con una charla con el cantante Chano, un sujeto que protagonizó un hecho de violencia en Belgrano. Sabemos que si ese hecho hubiese ocurrido en el conurbano el acento hubiese sido puesto allí. Lo sabemos. El hecho ocurrió en la Ciudad y a Macri no lo nombraron, como si hubiesen nombrado a Scioli.   
No digo que esté mal hacer proselitismo, al contrario. Lo que sí está mal es querer hacer pasar una campaña a favor de un candidato como si se tratara de noticias presentadas objetivamente, manipulación surgida de esa entelequia que algunos caraduras denominan "periodismo independiente". Es inverosímil que alguien con firma editorial pueda ser independiente dentro de una corporación de la industria comunicacional, teniendo en cuenta la cantidad de intereses comerciales en juego. Corporaciones necesitadas de sacar noticias en serie, como productoras de chorizos. Cada medio posee una línea editorial, y esta es comunicada a sus empleados, para que hagan lo propio en las líneas que destinan a sus lectores. No hay inocencia en tal negocio, ni ingenuos entre quienes viven de él. En mi caso, cuando escribo, trato de chequear fuentes, cosa olvidada o soslayada por los empleados de la urgencia que impera dentro de los aparatos comunicacionales. Agrego que particularmente apunto a ser objetivo, pero nunca seré imparcial frente lo que tenga que comunicar. No me queda bien jugar al "librepensador" cuando he elegido ser consecuente con mis profundas convicciones políticas. Que eso de "hacerse los giles" lo sigan actuando los periodistas de TN, por caso. No escondo ningún puñal debajo del poncho, y cuando digo algo saben desde que posición lo digo.
Otro hecho reciente fueron las últimas elecciones a gobernador en la provincia de Tucumán. Existieron delitos repudiables, como la quema de algunas urnas. Un candidato opositor formó parte de aquello. Y se empezó irresponsablemete a usar la palabra "fraude". El fraude electoral es algo gravísimo, pues provoca una alteración importante y hasta determinante en el resultado final de una elección. Bueno, no es este ni por lejos un caso de esas características. En serio, ni lejanamente.
Yendo a la otra palabra del título, para ensuciar personas del gobierno, se gatilla cotidiana y livianamente la palabra corrupción, con la finalidad del daño político. Mencionando unas cuentas inexistentes de Máximo Kirchner y Nilda Garré en el exterior, o que Anibal Fernández mandó a asesinar a unos traficantes de efedrina.... Todo termina siendo desmentido a las pocas horas, pero salpica personas, ensucia gratuitamente candidatos, y nadie paga el costo de haber generado y difundido esa mugre. Mientras tanto los diarios han vendido algunos ejemplares mas.
Es una pena que se haya caído en este uso inadecuado de las palabras. Que cuando se grite que viene el lobo, realmente así sea, pues va a llegar el caso que cuando el lobo venga realmente ya nadie tome en serio al que avisa, y sobradas razones tendrán para no creerle.
Cierro, ya que estamos, con un caso de corrupción, de esos bien evidentes. El año pasado perdieron la vida varios bomberos voluntarios en la Ciudad de Buenos Aires. Fue durante el incendio deliberadamente provocado en la empresa Iron Mountain. Particulares atentos a sus intereses festejaban la pira alimentada por tantos documentos comprometedores -recordemos que la corrupción de los privados parece no molestar-, documentos que hechos humo se volvían nada.
La falta de control por parte de empleados del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, o ese disimular algunas contravenciones, fue partícipe necesaria de las muertes que mencionamos. Muchísimas muertes, en circunstancias también irregulares, se llevaron puesto al Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra en su momento. Mauricio Macri está blindado mediáticamente. No lo toca la palabra corrupción, ni en este caso, ni con los permisos vencidos de empresas que, por voluntad de Macri, mantienen su oscuro negocio en la ciudad -como las de acarreo de vehículos por "mal estacionamiento"- y otras concesiones similares. El PRO está amparado por la mayor de las corporaciones mediáticas. Hoy no leí la tapa del "gran diario argentino", pues no necesité envolver huevos. Pero estoy segurísimo que no hubo ninguna noticia que comprometa a Macri de modo alguno, sin necesidad de buscarla. Toda mafia, además de lastimar a sus adversarios, sabe proteger a sus integrantes. El círculo rojo.
Retomo el incendio de Iron Mountain, en el barrio de Barracas. Integrantes de la gestión de Mauricio Macri -procesado, pero por otro delito que nunca fue título demasiado destacado- hicieron posible que esas personas mueran, pero a los denunciadores seriales de la oposición y a los fabuladores esas muertes no le importaron ni le importan, pues no "les garpan" políticamente. Fraude y corrupción, dicen; mientras a la mentira la maquillan como verdad, por unos votos y en nombre de "la República".



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