domingo, 23 de agosto de 2015

Cuanto más se los conozca, menos se los votará

-Por Fabián Curotto-

Tal vez, como militantes de los intereses de nuestra Patria, debamos ser difusores de los temas que ocupan a los candidatos del PRO, así como señalar las importantes cuestiones que no figuran en su agenda, casi tanto como lo hacemos con las que sí figuran en la nuestra. Es que justamente en los intereses que constituyen y motorizan a esa fuerza política -y en las problemáticas que eligen no considerar- es donde están, a mi entender, sus palpables límites.
Tendré en cuenta que algún posible lector de estas líneas pueda no ser argentino, por lo cual explicitaré una consideración nada menor. La cuestión Malvinas es para el pueblo de nuestro país un tema de central y sensible. Tanto es así que nuestro actual gobierno ha tomado la muy buena decisión de generar un espacio institucional que para su abordaje político, que es la Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los Espacios Marítimos Circundantes. Porque Malvinas aún nos duele, es cierto, pero también porque el tema no se agota en honrar a los caídos en aquella guerra de 1982 contra el imperialismo británico. Hay cuestiones de soberanía, de recursos naturales y de seguridad regional que implican una afrenta tanto a nuestro sentir nacional como a patrimonios de importancia económica y a posibilidades comerciales para nada menores. Ese tema está en nuestra agenda de modo perenne, y cuando decidimos homenajear a nuestros soldados lo hacemos pensando integralmente cada cuestión de la problemática.
Las Naciones Unidas vienen exigiendo el diálogo como camino para avanzar y, tanto el Estado Argentino como una abrumadora mayoría de países -incluido el Estado Vaticano, como pudimos ver recientemente con el Papa Francisco-, suscriben a esta idea necesaria e impostergable.
Hay que escuchar entonces, como desde las filas centrales de una fuerza política, se escuchan voces que contradicen esta voluntad de mayorías. Desde la boca de la Senadora macrista Laura Alonso -integrante a la vez de un fondo buitre- surgió una definición que es convicción. El PRO no tiene a las Malvinas en su agenda. Muchos argentinos no lo saben, o no lo sabían. Es nuestro deber difundir esta verdad. Pues no es lo mismo que algunos pisoteen, y de varias maneras, los intereses nacionales ignorando que lo están haciendo, que hacerlo a sabiendas. 
Sé que muchos de los que respetan sinceramente a nuestra bandera no eligen al Frente para la Victoria por diferentes razones, algunas de ellas formales. Pero estoy persuadido que, al conocer cabalmente algunas declaraciones entreguistas, o algunos desintereses evidentes de esa fuerza política de matriz neoliberal, no votarían a Macri de manera alguna. Difundiendo generaremos conciencia de algo que se nota cuando raspamos un poco la pintura amarilla que cubre esa estructura afín a corporaciones e intereses transnacionales. Pero para raspar y conocer lo que hay debajo de esa carrocería, debemos lograr que cada día mas personas puedan saltear el cerco mediático que la resguarda. 
Malvinas no es ni será un tema cerrado para nosotros, los argentinos que sentimos y amamos esta tierra, pues la resignación complaciente no es opción ante la pérdida de derechos ni frente a los embates de quienes arbitrariamente pretenden ser los dueños de todas las cosas, atropellando desde nuestra historia hasta nuestras posibilidades a futuro.




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