viernes, 27 de febrero de 2015

Una proverbial operación política

En las últimas seis semanas la Argentina fue el escenario de una proverbial operación política cuyos cimientos se derrumbaron ayer como un castillo de naipes a partir de la decisión del juez Daniel Rafecas de desestimar la denuncia elaborada por el fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández, el canciller Héctor Timerman, funcionarios y dirigentes políticos y comunitarios por encubrimiento.

En las últimas seis semanas la Argentina fue el escenario de una proverbial operación política cuyos cimientos se derrumbaron ayer como un castillo de naipes a partir de la decisión del juez Daniel Rafecas de desestimar la denuncia elaborada por el fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández, el canciller Héctor Timerman, funcionarios y dirigentes políticos y comunitarios por encubrimiento.
Esa operación política incluyó capítulos de extremo dramatismo como la utilización del luctuoso episodio que significó la muerte del propio Nisman. No hay que olvidar que se sostuvo –hasta ayer con énfasis y convicción en algunos casos– que los responsables directos de la muerte del titular de la UFI AMIA eran las máximas autoridades del gobierno nacional.
La línea argumental era la siguiente: Nisman denunció a la presidenta y, como consecuencia, la propia mandataria lo mandó a matar. Por eso, entre otras cosas, se produjo una multitudinaria marcha de silencio en la que se escucharon cantos como "Argentina sin Cristina" y varios más del mismo tono.
Según una encuesta elaborada entre los asistentes a la marcha, una quinta parte de los presentes considera que el kirchnerismo es el responsable por la muerte de Nisman. Y más de la mitad de los participantes dijeron además que en las próximas elecciones votarían por Mauricio Macri, a la sazón procesado en la causa que investiga la instrumentación de un sistema de escuchas ilegales a políticos opositores e incluso a familiares de las víctimas del atentado a la sede de la AMIA.
El eje medular de la argumentación que durante 40 días sirvió para posicionar candidatos opositores, agitar internas en el Poder Judicial y provocar un daño internacional a la República y sus instituciones difícil de mensurar se desarmó en el documento que firmó ayer Rafecas.
El texto, puntilloso al extremo, repasa punto por punto la denuncia de Nisman (el magistrado llega a enumerar las veces en que el fiscal hace referencia al levantamiento de las alertas rojas). Rafecas sostiene que en la presentación de Nisman, no sólo los argumentos y las pruebas aportadas por el fiscal no alcanzan para darle sustento jurídico a la tipificación del delito de encubrimiento, "sino que por el contrario, tales evidencias se contraponen de modo categórico al supuesto 'plan criminal' denunciado".
Pero hay más. El juez considera que existe en la denuncia de Nisman una "llamativa inversión de la relevancia de los roles que supone el diseño de todo plan criminal". El magistrado sostiene que "los supuestos cómplices secundarios –en la hipótesis denunciada– resultan ser la usina de la concepción y preparación de una supuesta maniobra delictiva, para que la ejecutaran las máximas autoridades del gobierno argentino, rompiendo con la lógica que emana de los más elementales principios de la autoría y participación en materia penal".
En suma, que –según se desprende de la denuncia– personas como Luis D'Elía y "Yusuf" Khalil eran quienes les indicaban a la presidenta y al canciller cuáles eran los pasos que debían dar para perpetrar el encubrimiento.
Entre otras críticas directas a la denuncia de Nisman, Rafecas recuerda que "la barrera que separa las meras ideas y/o actos preparatorios, del delito en sí mismo, es un principio que distingue a un sistema democrático de uno autoritario: en dictaduras, estas barreras son arrasadas, y el poder punitivo cae con todo su peso no sólo sobre delitos, sino también sobre posibles vías de preparación e incluso ante la mera ideación o propuesta de un camino delictivo. Es lo que en Derecho Penal se conoce como el 'Derecho penal del enemigo', de matriz claramente inconstitucional."
Rafecas no es el primer magistrado que rechaza la denuncia de Nisman. La jueza María Romilda Servini de Cubría, de turno cuando el titular de la UFI AMIA presentó el escrito, se negó a abrir la feria con el argumento de la carencia de pruebas. El juez Ariel Lijo, ante el que recayó la demanda, esquivó el tratamiento con el argumento de que los hechos que se denunciaban eran nuevos y que no tenían conexión con su investigación en la causa sobre el encubrimiento del atentado.
El propio Rodolfo Canicoba Corral, el juez responsable por la investigación del atentado, no intervino en la demanda pero advirtió que la presentación de Nisman tenía severas falencias. La lista de personalidades destacadas del ámbito judicial que anticiparon por lógica la definición de Rafecas es amplia.
Esos argumentos no alcanzaron para impedir la operación política que abrió el año electoral que le dará a la Argentina un nuevo gobierno. En medio del vale todo, se faltó a la verdad, se plantearon despropósitos como la posibilidad de un "autogolpe", se plantaron "testigos clave", se convocó a una marcha reclamando justicia para una persona que podría haber tomado la tremenda determinación de suicidarse, se habló de comandos venezolano-iraníes y de una reunión de inteligencia en el Buquebus en aguas del Río de la Plata.
Y todo en nombre de la pretendida defensa de las instituciones.
Nota de http://tiempo.infonews.com/

domingo, 22 de febrero de 2015

El Capitalismo Depredador y su artilleria mediática

 Este fin de semana me reencontré con una nota que supe escribir en 2010. Como lamentablemente conserva vigencia, la publico a continuación:


El Capitalismo Depredador y su artilleria mediática:

Por Fabián Curotto 


Recientemente Jorge Luís Bernaza Fernández, Consejero de Prensa de la Embajada de Cuba en Chile, difundía los siguientes datos: "EEUU, la Unión Europea y Japón controlan el 90% de la información de todo el planeta. 5 agencias de países enriquecidos distribuyen el 96% de las noticias en el mundo. En América Latina, 90 de cada 100 palabras de información proceden de 4 agencias de países del Norte". 

La CNN en español, pues en ella me enfocaré a modo de ejemplo, es un instrumento mediático que demasiado frecuentemente es utilizado para difundir argumentos tendientes a justificar invasiones a tal o cual país. Lo que a mi criterio es mucho peor que intentar justificar tales invasiones, es que lo hace desde un discurso tendiente a naturalizarlas, a volverlas parte de lo que se considera normal y hasta correcto. 

Porque si intentasen justificar a través de rebuscados y arbitrarios argumentos los afanes expansionistas del Imperio, nos darían al menos la esperanza o sensación que en su interior algo les hace ruido y sienten la necesidad de dar alguna explicación. Pero no, dan por sentado que su rol es "llevar el fuego de La Libertad" donde crean necesario hacerlo, para acto seguido incendiar regiones completas con ese fuego. Encuentren o imaginen allí sujetos potencialmente peligrosos o no; con armas químicas reales o inventadas, da igual. 

Sé de lo que hablo pues veo el canal con más frecuencia de lo que mi salud permite, y compruebo que hablan del retiro de tropas de tal o cual lugar, pero nunca contando la historia que trasciende éste movimiento de tropas; nunca, con nombre y apellido, hablan de los muertos civiles que dejan día tras día en Afganistán, en Irak o en cualquier zona que el Imperio considere necesitada de sus masacres. 
Pude ver hace pocos días una noticia que hablaba de un bombardeo que ese servil gendarme que posee Estados Unidos, el ejército israelí, efectuó sobre la Franja de Gaza…. "hubo civiles muertos", decían, e inmediatamente pasaban a hablar del avance de las negociaciones entre ya no me importa quien y el de más allá. 

Han cooptado el discernimiento de millones de televidentes según parece, y quizás muchos de los que ven ese canal no puedan darse cuenta a que nos referimos cuando decimos esto. Locutores de voz afable, y sumamente prolijos, han logrado persuadir a millones de televidentes que no están hablando de sangre, de saqueo y de muerte. 

Es que, quienes diseñan el guión de lo que allí se dice, inmediatamente introducen el dato del ascenso favorable de la bolsa de valores, o de su caída, y ahí están ciertos televidentes sacando cuentas de que pasará con las acciones de algunas empresas, las cuales, por el grado de interés que despiertan en ellos, parecen formar parte de sus afectos o cosa parecida. Y las víctimas civiles, los niños descuartizados y las mujeres aplastadas que sirvieron para que Estados Unidos controle un pozo más de petróleo a miles de kilómetros de sus fronteras, pasan desapercibidos. "El costo de la guerra", dirá el mas despierto de los filo capitalistas. Otros ni lo tendrán en consideración. 
Han instalado, los medios de éste tipo, como certeza inapelable que el modelo capitalista neoliberal es el único rector posible para el mundo de aquí en mas. Han logrado que dóciles burgueses perciban a la invasión friamente preconcebida sobre toda una nación, y al consecuente saqueo, como algo lógico. En Oriente Medio para frenar un hipotético avance de lo que ellos denominan "terrorismo islámico"... mientras hay señales que si hubo alguna acción terrorista con resultados significativos en su accionar dentro de territorio occidental se debió, según testimonios atendibles, a zonas liberadas o a cuadros entrenados oportunamente por fuerzas norteamericanas. Y han logrado también que esos mismos burgueses consideren que los respaldos dados a los golpes de estado son triunfos de la democracia. Las injerencias yankis en otras economías son presentadas por locuaces economistas como intentos de salvar países de sus malas administraciones. Nunca se detendrán a explicar que esas economías fueron muchas veces planificadamente endeudadas por ellos, como en el obsceno y entristecedor caso haitiano. El Imperio consume más de lo que produce, y ese desequilibrio lo compensa rapiñando territorios y economías. 

Ahora bien, que ellos elijan ese destino de sustentabilidad en base a desgracias ajenas es indignante, pero no tenemos forma de torcer con prédicas la perversidad de quien elije ese destino como nación. Que el pueblo norteamericano se encuentre cegado por el resplandor de las luces de Las Vegas, de los viajes a la luna y del confort de sus sillones impermeables a la cerveza, es una cosa. Pero que habitantes de los países víctimas de ese saqueo sistemático, de esa extorsión planificada sobre nuestras economías y sobre nuestras soberanías consideren respetable al Imperio que intenta devorarlos o, por lo menos, no dejarlos crecer con autonomía, me parece de una irracionalidad que termina siendo cómplice, por funcional. 

Mientras intentan ver como pueden desde sus medios desacreditar de modo mas eficaz a nuestros gobiernos, si diciendo a la gente que éstos son casi dictatoriales o burdamente demagógicos, por el simple hecho de no haber elegido arrodillarse ante ellos en todo momento; mientras ellos intentan ese tipo de descrédito, juegan a su extraña democracia que hasta me animo a juzgar como farsa. Un partido, el Imperialismo Capitalista, alterna en el poder a una figurita llamada presidente, que no va a hacer nada que la CIA no considere oportuno. Si hace falta limpiar un poco la imagen de Estados Unidos desde el discurso, consiguen que ganen los del "ala blanda" de ese partido único, los demócratas. Si necesitan demostrar que tan omnipotentes y decididos son, ahí vuelven los del ala dura, los republicanos. Ambos gozan de una impunidad absoluta ante los organismos internacionales, así que tal relevo es casi innecesario, pero parte de la puesta en escena de esa presunta democracia. 

Algún presidente no siguió, según parece, éste estricto libreto al pie de la letra y terminó con algo de plomo dentro de su cuerpo.

Pero de los medios de comunicación comenzamos hablando y de aquellos porcentajes de monopolización extrema de la palabra y del mensaje que sorprenden. Es evidente que sin esa domesticación que ejerce sobre sus potenciales víctimas, el Imperio vería alzarse a casi todo el mundo en su contra. 

Según el politólogo estadounidense Noam Chomsky, el camuflaje del papel propagandístico de los grandes medios radica en su falsa "libertad" e "independencia". 

Buen trabajo el sucio trabajo de la CNN, buen trabajo en ese sentido también el de la publicación británica "The Economist". Ambas, junto a otras tantas, han sabido lograr que corporaciones mediáticas de Latinoamérica y de otras regiones se hagan eco inexorablemente, por conveniencia, de sus tendenciosas distorsiones. Es que las éstas corporaciones generalmente pertenecen, sean del país que sean, a la misma patria que esos hegemónicos formadores de opinión: la rentabilidad. La voluntad de comunicar verdades ha muerto en anteriores batallas evidentemente. La "mercancía informativa", prescindente por concepto de la necesidad de ser veraz, goza de plena salud. En cuanto a los que consumen esas noticias como si fuesen verdades reveladas, a pesar de verlas emerger desde un centro de poder que por concepción no puede ser democrático, considerando el increible volumen de concentración y por lo unidireccional del mensaje dado; a los que a pesar de lo evidente le dan total entidad a lo propagado desde esas alineadas organizaciones, sin poner ante la consideración del propio juicio lo que de allí surge, o aún sin objetar siquiera una palabra por comodidad o acostumbramiento, paso a comentarles algo: las vacas se dejan acariciar tranquilamente mientras sus verdugos las conducen al matadero. Logrando un espíritu crítico colectivo ante tanta evidencia de manipulación, es como podremos comenzar a generar cambios en los paradigmas comunicacionales, pues los actuales, tal como están, sólo terminan beneficiando a los gobiernos de ese eje mesiánico que cree haber nacido para ser rector y dueño de los destinos del mundo. 

21 de septiembre de 2010



martes, 17 de febrero de 2015

¿El silencio de los inocentes?

 A la Corte Suprema de Justicia
Hoy los argentinos vivimos con estupor el descaro con que sectores del Poder Judicial y el Ministerio Público Fiscal operan políticamente como un partido de oposición
Mientras la Argentina toda espera que cumplan su deber esclareciendo miles de causas criminales, entre ellas algunas emblemáticas como los ataques terroristas a la AMIA y a la Embajada del Estado de Israel, sectores significativos del Poder Judicial pretenden tapar sus incapacidades, intereses corporativos y complicidades con los poderes fácticos sobreactuando actitudes opositoras. Para ello se esconden detrás del homenaje al fiscal Nisman cuya muerte, que requiere urgente esclarecimiento, conmueve al país.
Estos fiscales no son ignotos funcionarios, encarnación de una Justicia aséptica. Han tenido activa participación para turbar las transformaciones que el gobierno democráticamente elegido puso en marcha legítimamente: han frenado leyes aprobadas por el Parlamento, como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual; han trabado los intentos por democratizar sus órganos; han convalidando la invitación de la oposición a violar la Constitución al no cubrir las vacantes producidas en la Corte Suprema de Justicia de la Nación; han abusado de las cautelares, de las prescripciones y en general han promovido la judicialización de la política. Ahora, atentan contra la figura presidencial al tratar de dar cauce de modo imperioso, sin el menor fundamento jurídico, a la denuncia reciente del Fiscal Nisman.
Además, con el pretexto de defender las instituciones, desafían al Poder Ejecutivo con el llamado a la marcha del 18 de febrero donde funcionarios del Ministerio Público Fiscal y magistrados exigen JUSTICIA, en términos abstractos, universales, como si no fuera esa su propia área de incumbencia como funcionarios.
¿Es esta la gobernabilidad deseable proclamada tantas veces desde la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA?
¿Es concebible que en nuestro sistema republicano, con el debido respeto a la división de poderes, la Corte se mantenga en silencio frente a esta convocatoria desestabilizadora, impulsada por Jueces y fiscales?
¿No será esta la forma en que la Corte pretende erigir al Poder Judicial como el verdadero custodio de una República conservadora, que ponga freno a los procesos de inclusión social y soberanía que se han venido gestando en esta última década bajo gobiernos democráticamente elegidos? ¿Es casual que esto ocurra en un año de elecciones presidenciales, cuando la oposición dispersa confía cada vez menos en desbancar en las urnas al proyecto nacional y popular? ¿No han sido suficientes los constantes embates de la prensa que multiplican las difamaciones, las presiones de los sojeros, las de los buitres y sus títeres locales…?
Sres. Jueces de la Corte Suprema de Justicia, es su deber, su responsabilidad histórica frenar esta autonomización de uno de los poderes de la República, esta evidente partidización política de los magistrados del Poder Judicial que pone en riesgo la vida institucional de un régimen democrático.
Es urgente que, como Supremos Jueces, hagan escuchar una palabra que sostenga la institucionalidad, que no es otra que la preservación de las garantías constitucionales para las autoridades legítimamente elegidas, desautorizando a este Partido Judicial en gestación, que parece cumplir hoy el rol desestabilizador que en otros tiempos cumplieron las Fuerzas Armadas.
Si hay jueces y fiscales que tienen la vocación de servicio y quieren legítimamente participar en política, que lo hagan ganando representatividad de cara a la sociedad.
Que no pretendan lograrlo a partir de su condición de magistrados o miembros del Ministerio Público Fiscal. De esta última manera harían un daño irreparable a la ya dañada confianza de nuestro pueblo en la Justicia.
A los argentinos nos costó mucho reconstruir las instituciones, recuperar y sostener la democracia y avanzar en un camino de dignidad y justicia para todos y todas.
Esperamos, necesitamos que nuestra CORTE SUPREMA DE JUSTICIA asuma su rol institucional y las responsabilidades que le competen.
 Espacio Carta Abierta - 17/02/2015
DECLARACIÓN DEL ESPACIO CARTA ABIERTA ANTE LA MOVILIZACIÓN DEL 18-02
(La ilustración no es parte de la Carta Abierta)